Siempre será un gusto atestiguar la evolución de las bandas que uno ha comenzado a escuchar desde sus comienzos. Más aún cuando se trata de agrupaciones nacionales, por cierto. Recuerdo perfectamente que una de las cosas que más me dejó “Trascendencia”, disco debut de Umvral, fue el particular sonido que la banda estaba articulando y la honestidad de sus composiciones. Las ganas de hacer algo importante permeaban dicho álbum y, aun cuando mostraba algunos ripios propios de cualquier debut discográfico, se colaba de forma infecciosa en el subconsciente después de cada escucha.
Cuatro años han pasado ya desde aquel debut y lo que nos convoca ahora es revisar “Distancias”, segundo larga duración de la agrupación. Umvral mantiene su formación inicial compuesta por Ricardo Curaqueo en la voz, Pablo Rivas en el bajo, Sebastián Lago en guitarras, Rodrigo Neira a cargo de las teclas y Pablo Calbiague en batería. En palabras de la misma banda, este disco “se escribió el 2018 con Nicolás Arce en la producción y terminó siendo un reflejo de lo que significa tener una banda entre 4 ciudades distintas esparcidas entre las Regiones Metropolitana y de Valparaíso. Es un disco bastante introspectivo y nos gustó la idea de contar 10 fantasías en torno al vivir la distancia”. Concepto bastante atingente a los tiempos actuales, sin duda. Inmediatamente después de escuchar el disco por primera vez, quedan de manifiesto algunos aspectos interesantes con respecto a su entrega anterior: la propuesta musical de la banda respeta lo cuajado en su debut, aunque se vuelve algo más accesible, ligero y melódico. Desde lo técnico, “Distancias” goza de una producción más sólida y, por lo tanto, la mejora en el sonido es sustancial respecto al primer album. Y, por último, la voz parece integrarse de forma más orgánica a la mezcla, pues tanto desde el punto de vista técnico como interpretativo, las voces están mejor resueltas. De esto no puedo estar seguro, pero da la impresión que la composición gira un poco más en torno a la voz de Curaqueo, aspecto que destaca respecto a su debut discográfico. Aciertos importantes sin
duda alguna.
En general, el álbum se percibe más melódico y cadencioso que “Trascendencia”, lo cual ya se dejaba entrever en los adelantos que promocionan el disco (Sin Retorno, El Daño y Eternos). Desde ese punto de vista, la elección de los singles fue correcta, pues además de reflejar el alma del disco, me parece que esa tripleta contiene algunos de los compases más selectos del álbum. Temas de melodía fácil pero con mucho corazón. En esta línea también destaca Perdido, muy melódico, solemne, de coro pegajoso y con el teclado de Neira como protagonista tanto en ambientación como en melodía principal.
Momentos como el poderoso riff inicial y base rítmica de Hermanos, o los compases más intensos de Línea de Fuego otorgan una cuota de dinamismo a un disco que se siente bastante uniforme a lo largo de los 11 tracks (aun cuando algunas canciones se sienten mejor logradas que otras, naturalmente). En general, “Distancias” es un disco bastante consistente, sin grandes altibajos, que no toma grandes riesgos y explota la fórmula con la cual parece que la banda se siente más cómoda actualmente: canciones mid-tempo, de estructura regular, con teclados liderando la melodía desde el comienzo de los temas y que desembocan en un canto de cariz melancólico, frecuentemente sostenido por la base rítmica de los Pablos y algunos arreglos ambientales más que por riffs intensos de guitarra, y que luego tienden a desembocar en pasajes más experimentales de la mano del siempre prolijo Sebastián. Dichos elementos hacen eco a lo largo del disco, lo cual hace que no se perciban grandes sorpresas. Lo anterior, sumado a su orientación más “oreja” pero a la vez reflexiva y melancólica, hace que “Distancias” pase de forma apacible, graciosa y sin grandes sobresaltos por nuestros reproductores. En lo personal, destaco los pasajes que salen un poco de este canon y presentan momentos más intensos por así decirlo, tal como lo que podemos apreciar en temas como Linea de Fuego, Eternos o Hermanos.
Sumando y restando, creo que si reflexionamos sobre de la evolución de la banda, Umvral demuestra que ganó mucho en madurez musical con este nuevo lanzamiento, tanto interpretativa como compositivamente. Se percibe una banda más profesional en todo aspecto, y que consolida un sonido distintivo y diferente a todo lo que he escuchado en la escena nacional. No obstante lo anterior, y a modo personal, me hubiera gustado percibir algo más de dinamismo en la cadencia del álbum, algo que perturbase su canon e innovara dentro del mismo (ya sea rítmica o melódicamente), y que hiciera la escucha aun más estimulante. No necesariamente algo más pesado o complejo o rápido (que, de todas maneras, se agradecería igualmente), pero sí algo distinto, pues debo confesar que eché de menos más curvas, subidas y bajadas a lo largo del viaje. Un efecto que, curiosamente, “Trascendencia” resolvía de mejor forma a mis oídos, a pesar de ser un disco más “desordenado” y de menor calidad desde el punto de vista técnico.
En cualquier caso, este lanzamiento representa un gran paso adelante en la carrera de Umvral y no me cabe duda que cuando se acabe la pandemia y los chicos puedan subirse al escenario, la recepción será muy positiva, ya que el tipo de canciones que componen “Distancias” suelen ganar muchísimo cuando se tocan en vivo por todo lo que transmiten, sumado a la calidad interpretativa de la banda está fuera de toda duda (como pudimos atestiguar hace ya un par de años atrás en el lanzamiento su disco primogénito).
No queda más que felicitar a Umvral por sobreponerse a las dificultades logísticas que ha representado esta pandemia y haber logrado lanzar un álbum de muy buena factura. Un álbum que ratifica lo conseguido con “Trascendencia” y consolida a esta banda como uno de los buenos exponentes del Metal Melódico nacional.
Hernán Bórquez